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2/05/2015

EL CAMINO HACIA LA EXCLUSIÓN DE GRECIA DEL EURO Y DE LA UNIÓN EUROPEA III



Vayamos a lo concreto, después de varios días a la espera de acontecimientos, idas y venidas, paseos infructuosos, parece evidente que nadie en la Unión apuesta siquiera por mínimas modificaciones a los acuerdos establecidos por la troika con los anteriores gobiernos helenos. La inflexibilidad que hoy mostrará Alemania, negando todas y cada una de las pretensiones del nuevo gobierno griego, determinará o el repliegue de las posiciones de este gobierno a las exigencias ya establecidas, en espera de acontecimientos, o la salida trompicada de Grecia del euro. La cuestión, en cualquier caso, estará en manos de las decisiones que tome el propio gobierno griego.

La primera opción quizá sea la menos deseada por la Unión Europea, dado que Grecia puede plantear importantes problemas en el seno de distintos foros de la Unión, como el veto a las TTIP, impidiendo la firma de ese nefasto y fraudulento acuerdo comercial entre Estados Unidos y Europa, que pondría en manos de un tribunal de arbitraje internacional la Resolución de Conflictos entre Inversores y Estados (conocido por sus siglas inglesas ISDS), y con el que se pretende inmunizar a los grandes inversores extranjeros frente a la acción de los Gobiernos o Parlamentos, sometiendo las posibles diferencias no a las autoridades de cada país sino a un "tribunal de arbitraje". Es el rumbo que ha tomado el capitalismo global a través de las multinacionales para hacerse ahora con el control de los Estados, cercenando drásticamente su soberanía, no permitiendo a través de esta “Cooperación reguladora” que ninguna regulación o legislación propia contravenga los propios intereses de las compañías que operen en los países suscritos al mismo. Así, tras desmantelarse los estados sociales o del bienestar se producirá el desmantelamiento de los propios Estados y, con ellos, de los propios sistemas de organización política tal y como hoy los conocemos. O en la relaciones con Rusia, en el ámbito del problema generado en Ucrania, tal y como se amagó por la representación griega en la última reunión europea sobre este conflicto y que ya comentamos en la anterior entrada. O también en aquellas distintas decisiones en el seno del Consejo Europeo, ejerciendo su derecho de veto con respecto a temas que deban aprobarse por unanimidad, como son la política exterior, fiscalidad, acuerdos comerciales, etc.).

En ese contexto, en clave interna, el gobierno griego tendría que lidiar en su propio patio, al tener que implementar las exigencias de reformas estructurales ya comprometidas con la troika a fin de poder continuar con financiación comunitaria a partir de primeros de marzo, impidiéndose la consecución de las medidas anunciadas en su reciente "Programa de Emergencia" sobre detener las privatizaciones o readmitir funcionarios entre otras.

La segunda opción, quizá la programada y diseñada desde Alemania desde hace tiempo, sería sacrificar a este peón en aras de espantar otras iniciativas de soberanía impulsadas por partidos No convencionales de izquierda en próximos comicios como los de España, o de derecha en Francia. Un aviso para navegantes en la estrategia del miedo hacia todos aquellos que están inmersos en procesos de rescate o condicionados por las altas tasas de endeudamiento externo. Para Grecia, esta salida drástica del Euro significaría la suspensión de pagos, la quiebra del Estado, el corralito, acuñar moneda, devaluación profunda, etc. Únicamente pudiéndose mitigar si viniera a cubrir con los montantes de esta apuesta una tercera potencia como Rusia, USA o China. Algo factible y previsible por la posición geoestratégica de Grecia en el contexto actual. Baza esta que sin duda se contempla desde el propio Gobierno griego.

A la espera de los acontecimientos que escenifiquen esta farsa, este fracaso europeo y victoria alemana en su nuevo reich colonial, solo constatar que nuestro gobierno respirará aliviado al poder utilizar este sacrificio como moneda para comprar los estómagos y los bolsillos de los electores españoles, aún a costa de perder 26.000 millones de euros en la compra de deuda griega que obra en su poder. 

Claro que en ello no cuenta que cuando ya no hay nada que perder lo único que queda es ...

2 comentarios:

Unknown dijo...

Veo que te has metido a politólogo de coyunturas internacionales. Es bueno tu análisis, pero ojalá te equivoques y haya una terecera opción que es la que nos ilusiona a todos: que los que arramblan con todo y mandan en el cotarro intuyan que tienen mucho que perder y se apresten a evitarlo haciendo algunas concesiones al programa de máximos que plantea Syriza

TRANSIDO dijo...

Ójala me equivoque y se resuelva este conflicto como apuntas. Si así no fuera quizá sea porque ellos consideran que No tienen tanto que perder.