Consideraciones humanas sobre cuestiones inútiles, innecesarias e imperfectas de la profesión atea. Compartir lo efímero, testimoniar lo disoluto, aullar ante el silencio. Aulla! Aulla!

3/13/2007

EL TERROR DE LAS VICTIMAS

Las víctimas del terrorismo son las personas que han sufrido un atentado y como consecuencia de él han fallecido o padecen lesiones u otras o secuelas por el mismo.

Los familiares de las víctimas del terrorismo se han arrogado tal condición por el padecimiento de un daño indirecto, equiparándo en muchos casos su dolor con el padecido por los que ya no están aquí o por los que continuan con nosotros física o psicológicamente afectados por la propia acción terrorista.

Algunas de las asociaciones de “Víctimas” del terrorismo pretenden extender esta condición al resto de la sociedad. Intentan que todos seamos víctimas, no sólo por solidaridad sino también en la toma de posición que ellos han adoptado contra su dolor: la venganza, el rencor y el resentimiento.

Pero no seria correcto obviar dos cuestiones importantes para algunas de estas Asociaciones :

1ª Que no todos los terrorismos parecen iguales.
2ª Que las víctimas, dependiendo de cual haya sido su verdugo, tienen también distinta categoría.

Esta distinción nos muestra que para algunos (la AVT) el dolor debe de tener grados en función de quién lo produzca. Hay dolores que simplemente duelen, y otros desde luego además glorifican. Es precisamente en esta santificación del dolor en el nombre de lo que se reclama no olvidar.

Desde luego los muertos no pueden perdonar. Pero seguramente tampoco reclamen más muerte y más sangre en su nombre. Para los vivos, de esta condición, la lucha debe seguir, aún a consta de que haya más muerte y dolor, pues ¿cómo iban a poder perdonar para librarnos a todos de esta pesadilla, si de lo que se trata es de que ésta gane terreno y se extienda?.

No sé que equipo de psicólogos o psiquiatras atiende a estas “víctimas”, pero el tratamiento prescrito parece que contribuye a significar los elementos yatrogénicos del mismo, en clara ausencia de cura o al menos de efectos positivos sobre su control emocional. Todo ello avala esa toma de actitud compulsiva de odio y delirio irracional que este colectivo ha tomado contra el gobierno de la nación, a la cual sin duda están también contribuyendo mezquinos intereses económicos y políticos de una derecha que todavía no ha aceptado sus errores políticos, que fueron la causa de los asesinatos del 11M perpetrado por terroristas islamistas, y que en su deriva nihilista está dispuesta a dinamitar el propio sistema democrático si fuera necesario.

No se trata en ningún caso de redimir el dolor, por el conmiserable perdón, sino de continuar con el odio y profundizar por este “batallón de resentidos”en una especie de martiriloquio colectivo que extienda el dolor y la oscuridad a toda la ciudadanía. Así lo demuestran las consignas que se vierten en sus algaradas callejeras.

Efectivamente, la muerte no es el final para estas reminiscencias de la caverna franquista y de toda nuestra tradición escapular y mariano-militar. La españa negra está en pie de guerra y nos enseña de nuevo su rostro, su culto a Némesis.

¿Cómo contener a un monstruo así que ha despertado a estas alturas de la película?.

Ahora comprendo el simbolismo que encierra una carnecería y el despiece como figura de ordenación geográfica y administrativa.

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