PERPLEJO
El otro día asistí a la presentación de la movilización contra la reunión de la OTAN que se celebra esta semana en Sevilla.
Sorprendentemente el salón de actos de la facultad de económicas tenía una buena entrada, más de la mitad de su aforo, pero curiosamente ni un estudiante de dicha materia. El público asistente te lo puedes imaginar, unos cuantos jóvenes y la mayoría personal entradito en años, algunos representantes de partidos políticos de la izquierda, y un puñado de nostálgicos que todavía acuden a estos actos para aplacar su conciencia militante cargada de aburrimiento.
A pesar de todo, tanta asistencia para esta ciudad es un hito. Sevilla es la cuna del inmovilismo, el oráculo de un casposo tradicionalismo exacerbado. Su ciclo vital va de la Feria a la Semana Santa y fuera de él todo es extraño, incómodo, adorno imponderable, efímero y pasajero.
El acto en sí, como todo acto litúrgico, fue infumable. Una copia calcada de los actos antifranquistas de los 70. Los oradores soflamando análisis ya conocidos por el respetable, invectivas nada originales y proclamas de una puerilidad fantasmagórica.
Mi perplejidad era profunda ante la repetición de esta imagen insoslayable: los mismos tics dialécticos, idénticas claves oratorias, los tópicos que se relamen despreciando al oyente, el engolamiento. Y para colmo las intervenciones del respetable no tuvieron desperdicio: el de IU reclamaba parte del patrimonio en esta lucha, el obrero que había publicado una opinión en un periódico no acertaba a leerla y pidió ayuda a los compañeros de fila, un militante de base de unas siglas irreperibles vendía papeletas para un autobús con destino a Rota (que este año quizá se llene y pueda conseguirse una "romería" con algo más de chicha) etc.
Reflexionando sobre las causas de mi perplejidad, encallada ya en la decepción, atisbo a concluir que este tipo de actos deben proscribirse de no tener la capacidad para cambiar su formato. Hay otros canales y escenarios en los que NO representar esta parodia (Internet, radio, TV, prensa, fiestas …), pero eso SÍ, cuidando las formas, haciéndolas más lúdicas y menos “entrañables”, más abiertas y menos corporativas, más didácticas y menos panfletarias, más participativas y menos dirigistas, más creativas y menos monolíticas. Hecho en falta “animadores de lo sociopolítico” o algo parecido…
Si por el contrario se quiere mantener este formato, como si fuera ya una tradición más, y por ello irrenunciable como toda santa tradición, pues que se disponga cierta dosis de actualización. Por ejemplo y para este caso, que se invite a mandos del ejercito a polemizar sobre la OTAN, o sobre la defensa nacional, o sobre los peligros de las armas en manos de inocentes… Que haya un debate y que puedan crecer los conocimientos sobre una base argumental con más sustancia, planteamientos antagónicos y discusión desde distintas perspectivas, variedad, sin tanta pasión sin objeto. De ese modo, además de ser más divertido y verosímil, incluso alguno de los militares podría salir convencido y desertar, con lo que el propio acto en sí mismo podría entonces considerarse un éxito.
Todo lo demás, incluso con la participación de Carlos Taibo, es como para dejarte PERPLEJO, si es que todavía no has perdido esa capacidad ante lo que uno se puede inesperadamente encontrar.
De lo contrario, seguirán amortajando su cadáver con una antelación francamente innecesaria...
Sorprendentemente el salón de actos de la facultad de económicas tenía una buena entrada, más de la mitad de su aforo, pero curiosamente ni un estudiante de dicha materia. El público asistente te lo puedes imaginar, unos cuantos jóvenes y la mayoría personal entradito en años, algunos representantes de partidos políticos de la izquierda, y un puñado de nostálgicos que todavía acuden a estos actos para aplacar su conciencia militante cargada de aburrimiento.
A pesar de todo, tanta asistencia para esta ciudad es un hito. Sevilla es la cuna del inmovilismo, el oráculo de un casposo tradicionalismo exacerbado. Su ciclo vital va de la Feria a la Semana Santa y fuera de él todo es extraño, incómodo, adorno imponderable, efímero y pasajero.
El acto en sí, como todo acto litúrgico, fue infumable. Una copia calcada de los actos antifranquistas de los 70. Los oradores soflamando análisis ya conocidos por el respetable, invectivas nada originales y proclamas de una puerilidad fantasmagórica.
Mi perplejidad era profunda ante la repetición de esta imagen insoslayable: los mismos tics dialécticos, idénticas claves oratorias, los tópicos que se relamen despreciando al oyente, el engolamiento. Y para colmo las intervenciones del respetable no tuvieron desperdicio: el de IU reclamaba parte del patrimonio en esta lucha, el obrero que había publicado una opinión en un periódico no acertaba a leerla y pidió ayuda a los compañeros de fila, un militante de base de unas siglas irreperibles vendía papeletas para un autobús con destino a Rota (que este año quizá se llene y pueda conseguirse una "romería" con algo más de chicha) etc.
Reflexionando sobre las causas de mi perplejidad, encallada ya en la decepción, atisbo a concluir que este tipo de actos deben proscribirse de no tener la capacidad para cambiar su formato. Hay otros canales y escenarios en los que NO representar esta parodia (Internet, radio, TV, prensa, fiestas …), pero eso SÍ, cuidando las formas, haciéndolas más lúdicas y menos “entrañables”, más abiertas y menos corporativas, más didácticas y menos panfletarias, más participativas y menos dirigistas, más creativas y menos monolíticas. Hecho en falta “animadores de lo sociopolítico” o algo parecido…
Si por el contrario se quiere mantener este formato, como si fuera ya una tradición más, y por ello irrenunciable como toda santa tradición, pues que se disponga cierta dosis de actualización. Por ejemplo y para este caso, que se invite a mandos del ejercito a polemizar sobre la OTAN, o sobre la defensa nacional, o sobre los peligros de las armas en manos de inocentes… Que haya un debate y que puedan crecer los conocimientos sobre una base argumental con más sustancia, planteamientos antagónicos y discusión desde distintas perspectivas, variedad, sin tanta pasión sin objeto. De ese modo, además de ser más divertido y verosímil, incluso alguno de los militares podría salir convencido y desertar, con lo que el propio acto en sí mismo podría entonces considerarse un éxito.
Todo lo demás, incluso con la participación de Carlos Taibo, es como para dejarte PERPLEJO, si es que todavía no has perdido esa capacidad ante lo que uno se puede inesperadamente encontrar.
De lo contrario, seguirán amortajando su cadáver con una antelación francamente innecesaria...
12 comentarios:
¿Los militares pueden opinar públicamente del sistema militar?Siempre he pensado que no, que tienen que "pensar" todos los mismo, y estar unidos entre ellos. El todo por la patria. Y no creo que les dejaran ir, mas aun si hay alguna opcion de que salgan de alli pensando en desertar...
Hablas de "animadores de lo sociopolítico" y podría sonar a frivolidad si no fuera por que sabemos de dónde viene. Creo entender que estás señalando una clamorosa necesidad de renovación de la visión de la izquierda a la que habría de corresponder una renovación del lenguaje. Creo que señalas un anquilosamiento y, si es así, estoy de acuerdo. El caso es que ese lenguaje y esa intelectualidad de izquierda existe (allí mismo estaba un buen ejemplo: Carlos Taibo) pero parece que los aparatos de los partidos sufren de cierta impermeabilidad.
Luego está la beatería. Sí, la beatería acrítica me parece un tremendo lastre que asola los partidos de izquierda. Y digo todo esto desde la izquierda (no se me vaya a malinterpretar).
Pues a eso me refiero. A que la liturgia se come la finalidad, la marchita.
Esto era una rueda de prensa para presentar la movilización contra la reunión de popes de la OTAN en Sevilla...
Mi sensación de perplejidad era por todo lo vivido, por la repetición de clichés que están obsoletos. Por un discurso cargado de tópicos y dogmatismo, por la falta de sutilidad... al menos en este nivel.
No se si hay otro lenguaje. El problema es que encubre tras otras siglas, en otros personalismos.... en una foma profesional de ganarse la vida....
Al final llega la decisión límite. El caso BOVe, presentándose a las elecciones presidenciales francesas...etc...
Unamax, tiene razón, creo que los militares no pueden ir a este tipo de encuentros mientras están de servicio y con uniforme... Son los deslices de la satira... que tiene que tranpear los discvursos para que funcione.
No importaría que alguien haga ese papel. El caso es hacer autocrítica interna, pulir el discurso,etc...
¿qué sobre toda la gente quiénes no tienen una voz, que se ocupará de ella?
Cómo me hubiera gustado acompañarte a ese evento. Seguro que nos
habíamos echado unas risas. Bueno, la verdad es que hace mucho que la
izquierda está necesitada de renovarse en fondo y en forma. Se hace
cada vez más notable la falta de conexión con la realidad, y es que las
famosas “condiciones objetivas” no paran de cambiar, y desde luego que
las del siglo XXI no tienen demasiado que ver con las del XIX. Un nuevo
“manifiesto” adaptado a los tiempos es imprescindible. Mira, podríamos
escribirlo colegiadamente, o sea, a pachas. Propongo una idea: la nueva
izquierda ha de hacer hincapié en su aspecto moral y personal. No se
puede ser de izquierdas desde un punto de vista político solamente, hay
que serlo en la vida cotidiana, y eso exige un comportamiento ajustado
a unas reglas morales.
Anónimo pregunta:
Qué sobre la gente que no tienen una voz?
Pues que siguen sin tenerla. Y tendrán que vencer al menos dos resistencias: SU SILENCIO IMPUESTO y NUESTRA USURPACIÓN DE SU VOZ Y SU PENSAMIENTO.
¿Qué se ocupará de ella?
Esperemos que algún día NADIE.
Rictus, me veo incapacitado para tamaña empresa, por varias razones.
No soy un tipo de "izquierdas". Mi moral es perversa por naturaleza, mi ética simulada, profeso un profundo escepticismo sobre el animal humano en horda o en "soledad" (ese estado reservado a los ascetas), y en resumen: me niego por el placer de no comprometerme.
Caramba! No seré yo quien te quite semejante placer. Sin embargo, estás mucho más a la izquierda de lo que presumes; incluso diría que estás instalado en esa izquierda moral y personal de la que hablaba. Ya seguiremos dándole vueltas a la cuestión, pero ha de ser ante un bebedizo.
En ese caso...estoy dispuesto para hacer una excepción a ese placer de negar en solitario... y compartir la negación, si puede ser en términos ABSOLUTOS.
Si alguien más quiere sumarse a la resta...
Pues venga. Yo me sumo. Después de alistarme en la compañía de atracadores cavernícolas sólo me falta restarme a la suma de dividendos ideológicos que multiplican radicales políticos exponencialmente críticos, digo... crípticos... mmmmm.... Creo que me he perdido... Je, je...
¿Y el manifiesto?... (¡!)
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