Consideraciones humanas sobre cuestiones inútiles, innecesarias e imperfectas de la profesión atea. Compartir lo efímero, testimoniar lo disoluto, aullar ante el silencio. Aulla! Aulla!

10/08/2010

ÉL

Él actúa desde la equidistancia obviando la referencia
Él no establece límites, en todo caso los administra desde la asimetría
Él es una vacante para los aspirantes a la soberanía
Él media yuxtaponiéndose entre lo afectivo y lo racional.
Él se precipita en abandono cuando es dominado
Él es consustancial a un estado de vigilia expectante
Él suple cuando nos descargamos de "responsabilidad moral"
Él no socorre en momentos de confusión
Él es un rezagado que nos lleva delantera
Él se sustancia en cada evasión
Él no siente y de ahí su contundencia.
Él es en todo caso un tapado en la tramoya
Él condiciona su presencia en alguna desavenencia
Él no sentencia sino que encausa
Él precipita aquello que se dispersa sustraído de su rango
Él se dibuja en el anverso de un contrato de compraventa
Él ocupa un espacio intersticial
Él no mira, no ve, pero asimila y escupe
Él arbitra la contingencia despótica
Él es apodo, muleta, paradigma de la ortoprótesis
Él suplanta ante la debilidad ajena
Él nos remite a una acusación sin pruebas
Él sentencia en todo juicio sin causa
Él se proyecta en el orbe de la aquiescencia
Él al evocarse se substancia sin presencia
Él ejerce el pastoreo sobre la carne articulada
Él prescinde de la contingencia en el ejercicio de su soberanía
Él se perfecciona en cada invocación
Él se objetiva en lo alienado de la conciencia
Él y su entorno excluyen y devastan
Él avala aquellas operaciones que hipotequen el presente
Él siempre dispuesto a un socorrido hundimiento
Él no lo concederá aunque lo implores
Él aspira burdamente a representar lo inefable
Él en sí mismo, nadie

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