¿RESCATE O SECUESTRO?
Sin
dudarlo, permanecemos secuestrados por un oligopolio financiero
internacional que facilitó dinero en forma de crédito masivo
interbancario durante años. Ese dinero se dilapidó en sectores
especulativos (inmobiliario, energías renovables, infraestructuras
innecesarias, etc, etc...) con el consentimiento del poder político
que, no sólo no evitó tales desmanes sino que los promovió desde
las Cajas de Ahorros, en las que tenían poder de decisión, así
como evitando regular las prácticas en esos sectores económicos a
pesar del papel difumino del Banco de España y, por supuesto, al
sector financiero en su conjunto.
Ahora,
tras el naufragio, el desastre económico, que han llamado crisis o
mejor llamarlo estafa, los países cuyos bancos han facilitado el
flujo energético-crediticio para el despilfarro reclaman, en su
lógica como acreedores, el capital prestado y dilapidado en ladrillo
y humo. Es más, se niegan a que el agujero negro por el que se ha
fugado todo ese capital se cierre. Es lógico, porque creen que lo
que se fue puede o debe volver. Esto, que es impensable en el espacio
cósmico, si parece posible en el espacio bancario. Es curioso como
escuchamos estos días a los políticos de los países del Norte
europeos decir que No se puede continuar administrando crédito para
salvar a las Entidades Bancarias del Sur de Europa, así como a
aquellos Estados que han asumido como deuda pública toda esa deuda
privada. Es una engañifa más de estos políticos con discursos
pueriles y populistas, porque ese dinero para “rescatar” bancos
españoles, portugueses o griegos, realmente es dinero para
“rescatar” capitales perdidos o mal invertidos por sus
acreedores, los bancos de Alemania, Holanda, Finlandia, Francia, etc.
Porque estos nuevos créditos, que son los llamados “rescates”
son ahora dinero que se presta para poder recuperar la inversión
previa y que ya se ha perdido dilapidada como parte del juego de la
libre circulación de capitales.
Lo
ocurrido es sencillo de entender, te prestan dinero a bajo interés
mediante “Créditos-Naufragio” hasta que te hundas, con ese
capital tú inviertes en el mercado de algún bien o servicio
modificándolo, aumentando la demanda, y con ello su precio,
especulando con el valor de cambio para lograr más rentabilidad.
Pero ese aumento de la demanda consigue, a medio plazo, un exceso de
oferta y el negocio se desploma, depreciándose el valor de los
productos o bienes. Pero alguien en esa cadena de compra-venta se ha
quedado con ellos, son las empresas y particulares que han tomado
prestado dinero para comprar esos productos o bienes y obtener
plusvalías en su construcción y/o intercambio, pero que con el
colapso producido, por la saturación de la oferta, retraen de facto
a la demanda y ya no pueden amortizarse porque ya no se venden, no
fluye el intercambio, rompiéndose así la cadena o pirámide
especulativa.
Ahora,
se nos proponen fórmulas que pretenden atajar esta situación pero
que sólo están contribuyendo a empeorarla a través de tres
mecanismos:
1.La
inyección de liquidez al propio sistema bancario, tanto a través
del propio Estado como del Banco Central Europeo, que dispensa
cantidades ingentes de capital para los propios bancos que lo
soliciten a intereses mínimos. Este modo de operar por el BCE
ciertamente lubrifica las relaciones interbancarias, prestando dinero
a muy bajo interés a la propia Banca privada europea que lo demande.
Con este mecanismo la Banca española -¡aquella de las mejor
posicionadas del mundo durante el gobierno Zapatero!- ha solicitado
hasta la fecha 402.190 millones de euros (*). Pero parte de este
dinero se suele utilizar, en gran medida, en el mercado secundario,
para la compra de bonos de deuda Pública de los propios Estados. En
este sentido, los
principales acreedores de España son los propios bancos españoles,
así BBVA tiene más de 56.000 millones de deuda pública, Santander
más de 24.000 millones y GesMadrid (gestora de Bankia) más de 1.350
millones (**)
Por
este procedimiento la Banca obtiene financiación a muy bajo interés
y luego compra deuda de los Estados a un interés muy alto, en
función de la “Prima del
Riesgo”. Un buen negocio sin duda para la banca y pésimo para el
Estado. De este modo el BCE y los Estados salvan a los Bancos pero
los Bancos hunden a los Estados. (¡!)
2.
El “rescate de las Entidades bancarias” a través de “Líneas
de crédito” de la Unión Europea. En realidad es una entrada de
capital en las entidades para evitar que quiebren, equilibrar sus
propios balances y también los interbancarios. En nuestro caso ha
sido una forma de parasitar lo público por parte de lo privado, ya
que No se ha permitido que el dinero del primer rescate financiero a
la banca española, de hasta 100.000 millones de Euros, se preste
directamente a los bancos, sino que dicha operación se realice a
través del Estado como intermediario, cobrándose a este la
plusvalía de esa transacción que, por hacer suya esa deuda, deberá
ser amortizada además con un tipo de interés medio, y que, además
va acompañada con otras medidas restrictivas que incluyen recortes
presupuestarios que se imponen para reducir el déficit público y
que la población padece.
3.
El rescate de los propios Estados. Es la fórmula final de este
secuestro. Por ella los Estados asumen una nueva deuda que viene a
“saldar” a la anterior. Viene acompañada de control directo por
parte de la troika comunitaria, formada
por representantes de la UE, el BCE y el Fondo Monetario
Internacional)
y también con medidas de ajuste económico (presupuestarias,
fiscales, etc.).
Con
todo ello podemos concluir que el “rescate” financiero al sector
bancario español y al propio estado cuando se produzca, vienen a
posibilitar “la recuperación mediante pago de algo que estaba en
poder ajeno” (primera acepción del diccionario RAE sobre el
término Rescatar), que no es otro que el dinero prestado
anteriormente y que ya se ha volatilizado. No es por tanto, lo que se
está produciendo “un rescate” por un secuestro previo, sino el
secuestro de la nación a través del propio rescate bancario o
Estatal cuando se produzca.
Si,
efectivamente fuimos SECUESTRADOS mediante el crédito y debemos
pagar ahora un Rescate para intentar liberarnos del mismo. Es justo
lo contrario de lo que se nos vende en los medios de comunicación, o
se declara por los voceros políticos de turno. Tenemos que pagar un
rescate a nuestros secuestradores.
Pero,
¿que es lo que han secuestrado?. Pues efectivamente a los Estados en
su conjunto, a sus ciudadanos como fuerza de trabajo y de consumo, a
sus instituciones en su capacidad de decisión, a sus políticos que
ejercen el papel de trileros en este negocio. En una sola palabra se
secuestra “la soberanía” de una nación, que no es otra que su
capacidad de decidir su propio destino.
Todo este juego no es más que una colonización de los Mercados sobre los Estados, el establecimiento de un orden económico global que determina las condiciones de vida en cada lugar de acuerdo a nuevas reglas del juego. El polo magnético del capital, su geoestrategia va cambiando de posición, desde el nuevo bloque Asia-Pacífico se ejerce una presión que está haciendo que vasculen los equilibrios hasta hoy estables. De nuevo Europa es la fortaleza a demoler y, parece que esta vez, nadie vendrá en su auxilio. Y, en esta representación, Alemania está ejerciendo un papel protagonista, transfundiendo rentas de los países periféricos hacia el centro de Europa, de las clases medias a la oligarquía financiera, del capital productivo de la “economía real” al capital especulativo de la “economía virtual”.
Es
evidente que se siembra para recoger, pero se sembró a través del
endeudamiento privado y se recoge a través del endeudamiento
público. Se privatizaron los beneficios y ahora se socializan las
pérdidas.
(*)
Wall Street Journal, 14/08/2012
(**)
Bloomberg, Mayo
2012
9 comentarios:
Cuando el excedente es real los mercados orbitan en torno a los consumidores. Cuando el excedente es ficticio -pues siempre ha de haber un excedente- los consumidores orbitan en torno a los mercados.
¿Cual es ese excedente ficticio?.
El capital especulativo
Si en la economía virtual el capital especulativo es la mercancía, en torno a ella no orbitan los consumidores...¿qué van a consumir?.
En realidad nunca se trató de la mercancía que los consumidores consumen, sino de cómo consumir a los consumidores que, en última instancia, siempre han sido la mercancía.
Convertido en estadística virtual, el consumidor-mercancía está preso de un fatídico bucle antropófago, forma sacrificial de una sofisticada civilización en su "globalizado" ocaso.
El consumidor, más que una mercancia, es un elemento de la producción, produce consumiendo. De ahí la incidencia que el consumo tiene en el "crecimiento" o en "la actividad económica".
Por otro lado, nocreo que "el consumidor" se lo lo pueda transvalorar equiparándolo a una mercancía, como a los esclavos en los siglos XVI y XVII. No se venden consumidores, en todo caso se compran potenciales clientes.
Discrepo: Sí se venden consumidores. No sólo se venden, sino que se transfieren y se modifican mediante complejas técnicas que exceden los límites de lo mercantil. Hoy día se puede hacer todo menos escapar del software informateable que albergamos implantado en el vórtice inasequible de "nuestra" mente. Las mentes han sido intervenidas previamente a los bancos o a las naciones. La catástrofe está diseñada con precisión nanométrica para la consecución de un objetivo, y es éste el que determina los acontecimientos. Esta "ingeniería" comprende y compromete ya todos los campos del conocimiento, dejando cada vez menor margen de maniobra a las decisiones "humanas". Una vez que salto, dependo de la respuesta y del comportamiento de mi traje espacial.
Buen viaje ¡¡¡¡
Gracias
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