Consideraciones humanas sobre cuestiones inútiles, innecesarias e imperfectas de la profesión atea. Compartir lo efímero, testimoniar lo disoluto, aullar ante el silencio. Aulla! Aulla!

5/09/2013

MÁS ALLÁ DE LA IRA




Según los estudios recientes sobre las condiciones de la población, en España se están profundizando las desigualdades sociales en todos los ámbitos (*)(**)(***), etc.
 
Lo que entendemos por liberalismo económico, o el ahora llamado neoliberalismo, se fundamenta precisamente en ello, en mantener o profundizar en el estado "natural" de las cosas, que no es otro que el de la desigualdad, el de los fuertes frente a los débiles... En cualquier caso en NO contrarrestar ese "espíritu" cainita que subyace en la esencia de la especie Homo Sapiens.

Hasta ahora esta corriente de dominio económico y político se protegía en determinados países, Estados, en los que residía su soberanía. Occidente amortizaba así parte de los réditos de sus negocios, manteniéndose unas sociedades en equilibrio, lo que se traducía en igualdad de las condiciones sociales para sus poblaciones. Los llamados "estados del bienestar" en Europa fueron su expresión genuina. Hoy, en la nueva era de la globalización, ya no hay ubicación física tangible que se haya de preservar, por lo que no tiene justificación mantener un estatus social a consta de pérdida de beneficios. El capitalismo ha vencido, se ha universalizado y ahora la competencia solo reside entre sus propios socios, ya no hay ningún otro sistema que le plante cara, sólo esos pequeños focos, que el propio sistema crea para evacuar los excedentes de armamento que produce y experimentar nuevos modos de control social a través del miedo, siquiera lo virulenta.

Estamos, con todo ello, a las puertas de otra Edad Media con indudables diferencias en cuanto a sus causas con las dos anteriores pero, también, con suficientes similitudes en sus consecuencias. Un velo de oscuridad nubla hoy los horizontes para millones de personas en el primer mundo, que se suman a los otros tantos millones en el resto del planeta que ya padecen hambre y miseria. Con ello el tránsito se hace fatiga en el sobrevivir de cada día para millones de personas en Europa, personas que ahora padecen también la globalización de la miseria.

De ahí que comiencen a aparecer respuestas personales y colectivas cargadas de ira, que no es otra sino la antesala a conflictos locales más contundentes y que no es sino la legítima respuesta a la agresión premeditada que ejerce la minoría que detenta el poder económico y político y que, a sabiendas, actúa en contra de la gran mayoría de la población europea.

Es en este contexto, en el que los "regímenes políticos democráticos" se traducen en coartada que justifica y ampara la esquilmación de los Estados y la pobreza de sus poblaciones, la connivencia de los partidos políticos con esa minoría dominante es absoluta, pues son ellos los encargados de ejercer los recortes económicos que el capital exige. Ahora se comprende mayoritariamente que todo el "bienestar" y "progreso" de los países del sur de Europa durante los últimos 25 años, basado en el crecimiento económico, ha sido posible fundamentalmente por la deuda privada que se contraía con la Banca de Alemania y Francia. Deuda que se contrajo para vivir entonces un "presente fastuoso" a consta de un "futuro incierto" al que ya hemos llegado. Si, creíamos que comprábamos "progreso" pero realmente lo que nos vendían y adquiríamos era incertidumbre.

Pero volvamos a la respuesta ante la situación actual, pues la pregunta se formulará con posterioridad a lo que ocurra... La Unión Económica que sostiene al Euro se fundamentó durante años en el empréstito desbocado para financiar la llamada "Convergencia europea", que justificó en gran medida los Fondos Estructurales y los Fondos de Cohesión, mecanismos ambos diseñados para contribuir al equilibrio, la estabilidad y la confianza mutua de los Estados. Hoy estos fondos han visto reducida drásticamente su consignación, dando paso a la desconfianza y la incertidumbre, como se demuestra en la aprobación del presupuesto anual de la Unión, que consensuado con antelación contiene, curiosamente, cláusulas de salvaguarda y condicionalidad ante una posible revisión para no incurrir en déficit.

Con todo ello el aumento de las desigualdades entre los Estados del norte y el sur son complementarias con el aumento de las desigualdades propias entre las poblaciones de cada Estado mediterráneo. Ya no hay por tanto un camino hacia la convergencia sino, por el contrario, una evidente confluencia hacia la desigualdad, lo que se traducirá en una inevitable fractura social y por ende política tanto en cada Estado afectado como entre el Norte y el Sur de Europa. La denuncia al respecto en estos días de uno de los fundadores del Euro, Oskar Lafontaine, es ilustrativa.

Efectivamente, hasta hoy ningún partido de los países asolados por la crisis de deuda ha asumido la posible salida del euro como respuesta a las draconianas condiciones impuestas desde la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) para amortizar tanto los créditos recibidos como afrontar el coste de los endeudamientos presentes. Esto ocurre porque todos ellos participan del "negocio comunitario" conformando la estructura de poder ejecutivo que hace viable su propia sostenibilidad a consta del estrangulamiento de las respectivas poblaciones. De hecho, no hay ningún partido político con representación parlamentaria en los países del sur de Europa que haya dispuesto su estructura, su organización, su militancia, para ayudar directamente a la población, lo que evidencia que su acción política es perversa en referencia a las cartas constituyentes en las que se fundamenta, atendiendo exclusivamente a sus intereses corporativos en su competencia para conquistar el poder, a consta del electorado. Sólo el partido "populista" de extrema derecha griego "Amanecer dorado" ha emprendido acciones en este sentido en busca de aumentar su implantación social y su cuota de representación cara a un próximo futuro electoral.

En este contexto, ¿por qué ningún partido político en España se plantea la salida del Euro?. Por parte de "la izquierda orgánica", el PSOE hoy en la oposición, quizá se deba a la creencia en que la alternancia cumplirá con la ley pendular y con ello, más pronto que tarde, volverán a disponer de la "autoridad", del poder, para continuar la labor que otros les dictan (la Troika). Por su parte, "la izquierda de clase", IU, presupone que mejorarán mucho sus resultados porque no hay otras fuerzas que puedan condensar en votos el gran descontento social que existe y, para ambas fuerzas, también puede ser un referente, que el marco estatutario europeo es el garante para impedir alguna posible involución política que pudiera producirse de nuevo en este país si estuviéramos fuera del Euro, fuera de Europa, sin percatarse de que precisamente la involución viene hoy directamente desde ella. Por su parte, la derecha simplemente no se lo plantea porque ocupa extensamente el poder, aglutinada en esa caverna llamada Partido Popular, en el que pernocta la extrema derecha en posición dominante junto a los rescoldos neoliberales del centrismo postfranquista, motivo por el cual no existe hoy en España un partido de extrema derecha como en Grecia o Francia. Pero asimismo tampoco en los movimientos ciudadanos se plantea siquiera esta cuestión, en gran medida, porque su foco de atención recae sobre las propias instituciones del Estado, los partidos políticos y la Corona, aquejados de la implacable corrupción que han generado y que tarde o temprano, ¿pasará factura más allá de la IRA?.


(*) Informe FOESSA 2013
(**) ABC 17/03/2013
(***) El País 30/03/2013

No hay comentarios: