Consideraciones humanas sobre cuestiones inútiles, innecesarias e imperfectas de la profesión atea. Compartir lo efímero, testimoniar lo disoluto, aullar ante el silencio. Aulla! Aulla!

5/30/2007

ROCIO

Como todos los años, como si de un fenómeno natural se tratase, las masas toman camino en la Romería de El Rocío.

Esta seña de Identidad de la Andalucía Occidental tiene como reseña histórica el “Libro de la Montería” de Alfonso XI, 1388, en donde se recoge que Gregorio Medina, un cazador de Mures (actualmente Villamanrique de la Condesa), le tocó en suerte dirigirse a la zona de Las Rocinas, encontrando allí en la chueca o hueco del tronco de un árbol centenario “una imagen, de casi una vara de alto, hollada por las inclemencias del tiempo”, y que al colocarla de pie pudo ver a su espalda la siguiente leyenda: “María de los Remedios me llamo”. ¿?

Una visión un poco más polisémica del asunto debería remontarnos al culto de alguna diosa de la fertilidad tartésica o fenicia, o también Romana, siendo como fue costumbre que los pueblos invasores usurparan tanto los dioses como los ritos de los pueblos sometidos, reinterpretándolos a su antojo y conservando de ellos lo que se considerase necesario. Lo de la romería es parte de la liturgia pagana, que antecede en siglos a la aparición del cristianismo. Es el camino que lleva al lugar del rito o del sacrificio, a la ceremonia de iniciación.

Lo oscuro de toda tradición se fundamenta en la capacidad que tenga el usurpador para tergiversar a su conveniencia sus orígenes, borrando las huellas de su pasado, corrompiendo los símbolos, estableciendo otras liturgias, y todo ello con la finalidad de conducir a las masas hacia otros “nuevos cultos”. La iglesia católica en esto, como en otros tantos menesteres, ha sido modélica, pues ha sabido apropiarse de toda una tradición hermética y adaptarla a sus necesidades.

En efecto, el camino del rocío, es también así. Está cargado de pasión religiosa que permite desflorar a las jovencitas vírgenes bajo la protección del sinpecado de cada hermandad. Combina las orgías y cogorzas multitudinarias con lluvias de escapularios y guías de prácticas del buen rezar. Permite la sodomía bajo el manto de la virgen de la blanca paloma. Consiente el incesto en el seno aristocrático difuminando el límite entre lo humano y lo divino, en fin, lava y resetea el cerebro de tanto embaucado por el delirio y la pasión.

Sin duda es un espectáculo, una especie de estampida organizada que se reboza de polvo y de barro en el camino, ofreciéndose en sacrificio a la juerga multitudinaria, pero bajo la protección y el amparo del poder eclesiástico, como si aún continuásemos bajo la dictadura

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya estamos en camino
Todo está preparado
Vendrán hacia nosotros

Somos remotos, solitarios, ensimismados en sueños y aspiraciones de santidad, obsesionados con entes cósmicos, cortejando a las estrellas como Pierrot cantando a la Luna. Y de este modo, en naturales inferiores, produciremos mascaradas, comedia y tragedia, una fraudulencia y una animación que tienen un fondo de aflicción. Cuando la aspiración va por mal camino, horizontes errados, apelamos a la bebida y a las drogas para curar la melancolía, el vacío, el suspirar por lo infinito, porque los otros no comprenden que sólo el hombre que se cercena el alma esparciéndola como una chispa de su propio fuego puede dar satisfacción a sus vehementes deseos.

TRANSIDO dijo...

No creo que haya horizontes errados, sino miradas tangenciales, desenfocadas y hasta tortuosas. ¿Cómo reconocer aquello que nunca hemos visto?. Quizá por analogía y para ello algunos “venenos” nos pueden ayudar.

Lo que si que hay es un “naufragio del horizonte”. Y ante ello la propuesta de sacrificio que se propone es soberana, con independencia absoluta de la incomprensión de los “otros”, y de sus objetos de deseo no identificados.

Menos mal que volviste de Creta a tiempo.

Anónimo dijo...

HETEROLOGIA

Ciencia de lo que es radicalmente distinto. El término agiología sería quizás más preciso pero tendría que contener el doble sentido de agios (análogo al doble sentido de sacer), a un tiempo impuro y santo. Pero es sobre todo el término escatología (ciencia de la basura) el que conserva en las circunstancias actuales (especificación de lo sagrado) un valor expresivo incontestable, como doblete de un término abstracto como heterología.

Anónimo dijo...

"La publicidad no es un lenguaje, todo lenguaje es publicitario".