ATÚN EN ADOBO
El motivo de la existencia como ilusión es la ignorancia. (E. Bloch)
¿Qué es la vida para quien ya no vive sino una crónica mal contada, sumida en el temor a la gripe A y deprimida por la amenaza de dejar de cobrar el subsidio de paro?.
¿Será acaso esa crónica lo primero que habría que desactivar para poder intentar cambiar esta situación y revivir?.
Hoy trataremos de ejemplificar esto con una receta para un primer plato sobre el fenómeno por el que algunos sucesos irrelevantes se convierten en acontecimientos o hechos que afectan al conjunto de la población, suplantando los problemas colectivos de peso de la atención pública, como por ejemplo la cuestión del secuestro del atunero vasco frente a las costas de Somalia en estos últimos días.
Comencemos por considerar que este suceso ha sido relevante sólo a partir de que los medios de comunicación tiraran de él como noticia de portada diaria, la oposición política encontrara otro elemento para distraer y ocultar sus miserias de corrupción también diaria, los jueces lo estimasen como una causa abierta para acrecentar su protagonismo, el ejercito tuviera una misión concreta que realizar para justificar su inutilidad... ¡Es así como curiosamente cuatro poderes del Estado necesitan para sobrevivir, en su encarnizada lucha, de carne de atún!. Sí, ¡CARNE de atún!.
Aunque, de hecho, nada fue lo que parecía:
El barco privado faenaba fuera de los límites de seguridad, síntoma de codicia que se representa con esas 150.000 toneladas de pesca de atún en un año en esa zona.
La actuación militar en protección y disuasión para los piratas consolidó el secuestro y generó el problema de los rehenes.
Los jueces vieron carnaza y pidieron la cabeza de los detenidos. Ellos también quieren ser protagonistas, y ante todo hacer cumplir la Ley, aunque no saben cuál entre ellas y cómo o en dónde… porque eso es secundario e irrelevante para “la causa”.
El gobierno, desmembrado colegiadamente, vio desde cada ministerio la oportunidad de tomar protagonismo (poder interno), y en previsión de un final feliz oxígeno para su angustiosa travesía por “la crisis económica” como un náufrago a la deriva.
A los medios de comunicación, a los que no les importa sino la carne y el morbo, que rentabilizan la duración del secuestro y todo lo que pueda dar de sí más allá de su final.
A la “oposición política” en su conjunto, comensales que cumplen escrupulosamente con su papel en esa ecuación tan difícil de entender, Gobierno / Oposición, de intereses absolutamente contrapuestos pero siempre en “beneficio” del país.
Es así como cada uno de estos ingredientes ha actuado por su cuenta buscando siempre los mayores réditos para sus intereses, réditos que son por supuesto contrapuestos de los intereses ajenos, y por ello de los intereses generales, si es que los hubiere. Aunque, en realidad que no los hay es evidente, como se ha puesto de manifiesto a las 18 horas de la liberación del barco: todos contra todos para seguir sacando dónde ya no hay, pero quien sabe y como dicen por ahí: es la inercia de la vida política…
En cualquier caso, nos acompaña una profunda sensación de fracaso, esa seña de identidad con la que se estigmatiza en este país a cada iniciativa, y que triunfalmente, empero y por encima de cualquier otra consideración, nos redime desde hace tanto tiempo….
Desde luego que los piratas, esos miserables, se gastarán la mayor parte de lo que les quede del botín obtenido, descontando lo que se llevará la cadena de intermediarios hasta materializar el pago, (expertos, gabinetes de abogados de Londres –especialistas en estas lides-, mensajería que se lo entregue, etc.) en comprar municiones y armas a nuestras industrias de armamento. No sólo son ignorantes, sino ingenuos y un tanto benévolos pues deberían exigir la parte alicuota de un rescate de cuantía mucho mayor en función de todo el beneficio (fracaso) generado para cada uno de nuestros protagonistas. Así, deberían exigir el copago al gobierno de turno, a los jueces de turno, a la oposición de turno, a los medios de comunicación de turno, y eximir, por el contrario, al armador de toda responsabilidad, porque él es el socio de esta trama, el convidado de piedra para toda esta farsa.
Auguramos malos tiempos para el cine… Hoy las producciones se hacen sobre la realidad, con un presupuesto menor, con una dirección colegiada y en la que todos salen ganando (fracasando). No obstante hemos echado en falta, aunque esperamos se arregle para la próxima vez, cámaras en el barco que nos enseñen el día a día, la mugre, la convivencia entre los actores circunstanciales, las conexiones en directo, y en el desenlace las escenas de persecución (fracasadas) y las posteriores celebraciones de la tribu contando el dinero y repartiéndoselo…. Ah, y las imágenes cenitales desde el satélite o desde los aviones espía, las conversaciones en el gabinete de crisis, los trasiegos de los picapleitos en Londres… etc., etc. Queremos y exigimos transparencia y que se nos mantenga informados en todo momento de todo lo que ocurra, para que disfrutemos del éxito de nuestro (fracaso), eso sí, con un buen atún en adobo, como Dios manda.
PD: Curiosamente la Iglesia no ha intervenido en este capítulo. ¿Muestra inequívoca de su decadencia?. Después de lo de la herejía… por lo de los abortos, ninguno de todos ellos le echa ya ninguna cuenta. ¡Otro fracaso más!.
Hoy trataremos de ejemplificar esto con una receta para un primer plato sobre el fenómeno por el que algunos sucesos irrelevantes se convierten en acontecimientos o hechos que afectan al conjunto de la población, suplantando los problemas colectivos de peso de la atención pública, como por ejemplo la cuestión del secuestro del atunero vasco frente a las costas de Somalia en estos últimos días.
Comencemos por considerar que este suceso ha sido relevante sólo a partir de que los medios de comunicación tiraran de él como noticia de portada diaria, la oposición política encontrara otro elemento para distraer y ocultar sus miserias de corrupción también diaria, los jueces lo estimasen como una causa abierta para acrecentar su protagonismo, el ejercito tuviera una misión concreta que realizar para justificar su inutilidad... ¡Es así como curiosamente cuatro poderes del Estado necesitan para sobrevivir, en su encarnizada lucha, de carne de atún!. Sí, ¡CARNE de atún!.
Aunque, de hecho, nada fue lo que parecía:
El barco privado faenaba fuera de los límites de seguridad, síntoma de codicia que se representa con esas 150.000 toneladas de pesca de atún en un año en esa zona.
La actuación militar en protección y disuasión para los piratas consolidó el secuestro y generó el problema de los rehenes.
Los jueces vieron carnaza y pidieron la cabeza de los detenidos. Ellos también quieren ser protagonistas, y ante todo hacer cumplir la Ley, aunque no saben cuál entre ellas y cómo o en dónde… porque eso es secundario e irrelevante para “la causa”.
El gobierno, desmembrado colegiadamente, vio desde cada ministerio la oportunidad de tomar protagonismo (poder interno), y en previsión de un final feliz oxígeno para su angustiosa travesía por “la crisis económica” como un náufrago a la deriva.
A los medios de comunicación, a los que no les importa sino la carne y el morbo, que rentabilizan la duración del secuestro y todo lo que pueda dar de sí más allá de su final.
A la “oposición política” en su conjunto, comensales que cumplen escrupulosamente con su papel en esa ecuación tan difícil de entender, Gobierno / Oposición, de intereses absolutamente contrapuestos pero siempre en “beneficio” del país.
Es así como cada uno de estos ingredientes ha actuado por su cuenta buscando siempre los mayores réditos para sus intereses, réditos que son por supuesto contrapuestos de los intereses ajenos, y por ello de los intereses generales, si es que los hubiere. Aunque, en realidad que no los hay es evidente, como se ha puesto de manifiesto a las 18 horas de la liberación del barco: todos contra todos para seguir sacando dónde ya no hay, pero quien sabe y como dicen por ahí: es la inercia de la vida política…
En cualquier caso, nos acompaña una profunda sensación de fracaso, esa seña de identidad con la que se estigmatiza en este país a cada iniciativa, y que triunfalmente, empero y por encima de cualquier otra consideración, nos redime desde hace tanto tiempo….
Desde luego que los piratas, esos miserables, se gastarán la mayor parte de lo que les quede del botín obtenido, descontando lo que se llevará la cadena de intermediarios hasta materializar el pago, (expertos, gabinetes de abogados de Londres –especialistas en estas lides-, mensajería que se lo entregue, etc.) en comprar municiones y armas a nuestras industrias de armamento. No sólo son ignorantes, sino ingenuos y un tanto benévolos pues deberían exigir la parte alicuota de un rescate de cuantía mucho mayor en función de todo el beneficio (fracaso) generado para cada uno de nuestros protagonistas. Así, deberían exigir el copago al gobierno de turno, a los jueces de turno, a la oposición de turno, a los medios de comunicación de turno, y eximir, por el contrario, al armador de toda responsabilidad, porque él es el socio de esta trama, el convidado de piedra para toda esta farsa.
Auguramos malos tiempos para el cine… Hoy las producciones se hacen sobre la realidad, con un presupuesto menor, con una dirección colegiada y en la que todos salen ganando (fracasando). No obstante hemos echado en falta, aunque esperamos se arregle para la próxima vez, cámaras en el barco que nos enseñen el día a día, la mugre, la convivencia entre los actores circunstanciales, las conexiones en directo, y en el desenlace las escenas de persecución (fracasadas) y las posteriores celebraciones de la tribu contando el dinero y repartiéndoselo…. Ah, y las imágenes cenitales desde el satélite o desde los aviones espía, las conversaciones en el gabinete de crisis, los trasiegos de los picapleitos en Londres… etc., etc. Queremos y exigimos transparencia y que se nos mantenga informados en todo momento de todo lo que ocurra, para que disfrutemos del éxito de nuestro (fracaso), eso sí, con un buen atún en adobo, como Dios manda.
PD: Curiosamente la Iglesia no ha intervenido en este capítulo. ¿Muestra inequívoca de su decadencia?. Después de lo de la herejía… por lo de los abortos, ninguno de todos ellos le echa ya ninguna cuenta. ¡Otro fracaso más!.
8 comentarios:
Estoy convencida de que sería un éxito de audiencia, si se hiciera un programa de telerealidad sobre cómo terminar un secuestro de un barco atunero por unos piratas.
El éxito de audiencia ya lo tienen. esto ha sido un programa de control por telerealidad avanzado, de última generación..
Yo creo que aqui alguien ha sido muy listo. Este sabia que su riesgo era relativo, que si habia secuestro la pasta la pondría quien más tiene que perder: el gobierno en el poder.
Y él a casa con el atun.
¡que aproveche!
Totalmende de acuerdo Mars. Cuando interesa a saltarse los límites., que ya vendrá el Estado, España a echar un cabo. Eso sí no van las familias de los pescadores de origen vasco, después de la bronca que han montado, a recibir a las seichelles a los marineros. No, prefieren no viajar en un avión de la fuerza aerea española, esa fuerza que a la vez reclaman que les defienda en aquellas aguas....Predieren recibirlos en puerto Bermeo como "héroes" del atún... que eso hace patria vasca. Muy elocuente.
Ah, aquellos años de marmitako en Armintza con bonito de caña del cantábrico... Acabaron con él, ahora acabarán con el del Índico y todo con un trasfondo vasco.
Lo cierto es que no hay tantas diferencias entre los pueblos y sus representantes, ni entre los paises... es tanta la basura inoculada en y por la especie que nadie se ....
¡Hay que esquilmarlo todo!
¡Hay que fomentar la voracidad! ¡Hay que acelerar el dichoso cambio climático!
¡Hay que incendiar los bosques y contaminar las aguas!
¡Hay que fomentar y sufragar el lujo, el vicio y toda clase de exceso e inmoralidad!
(Lo contrario es ir contra-natura).
¡Agrupémonos todos en el expolio final!
Todas las banderas significan lo mismo: ¡peligro!
Totalmente de acuerdo Ogontar.
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