LA VÍA DE LA MOVILIZACIÓN II
Una de las propuestas, de cara a las próximas elecciones generales del 20 de Noviembre, explicitada en la Asamblea de Sol del día 7 de Agosto, ha sido la de concurrir a las mismas a través de la creación de un "partido asamblerario" utilizando para ello el Voto Nulo en las urnas.
A este respecto, algunas matizaciones para fortalecer el diálogo y las estrategias de esta movilización.
Un "partido asambleario" es una contradicción. La estructura de un partido es piramidal, jerárquica y estable. Lo asambleario es horizontal, igualitario y provisional. No se quiera contentar a todos con artimañas, porque lo que se consigue es no contentar a nadie, y desunir, lo que quieren los poderes fácticos.
Los manuales de organización política de la "izquierda fantasmática" establecían la necesidad previa de una "vanguardia del proletariado", que se organiza en torno a un partido minoritario con objeto de conquistar el poder con el apoyo de las masas populares. Ambos motivos están muy lejos HOY de satisfacer una movilización mayoritariamente plural en lo político, que no quiere reproducir el funcionamiento de estructuras políticas orgánicas y jerárquicas al uso que se han demostrado obsoletas.
Lo que sí necesita esta movilización es "legitimarse" formalmente. Estar participando en la transformación de esta "democracia" de pacotilla sin ser parte formal y orgánica de ella. No sólo en las plazas, pueblos o calles, también en las urnas.
A estos efectos hay que utilizar los resortes legales que tenemos al alcance. Si bien fue inviable el referéndum propuesto por parte de la movilización para septiembre, por cuestiones fundamentalmente técnicas, no debería desaprovecharse la oportunidad de celebrarlo en las urnas, con todas las garantías que la "legalidad" ofrece, en las próximas elecciones generales.
Hay que presentarse a las elecciones con un programa político, en el que aparezcan las medidas que se han ido discutiendo y consensuando durante estos 3 meses. Esas medidas deberían estar contempladas en la papeleta que se introduzca en la urna. Ese será el compromiso y las exigencias que apoyan conscientemente todos los que voten con ella.
Sería un voto Nulo, que matemáticamente no favorece a ningún otro partido. Pero sería un Voto que cuenta, que se contabiliza, en el que consta un programa concreto de medidas y con un apoyo amplísimo si se hacen bien las cosas y se huye de los liderazgos, los personalismos y los protagonismos.
Lo que nos une son las medidas que hay que tomar para cambiar profundamente las reglas de esta "Democracia". Eso es lo importante, los motivos. Lo demás, por ahora, sobra.
Si alguien pudiera criticar que con esta estrategia se hurtan votos a partidos minoritarios, que puedan asumir en sus respectivos programas electorales parte las demandas de cambio planteadas, cabe la posibilidad de circunscribirla exclusivamente a las elecciones al Senado, cámara que no goza de demasiadas simpatías y que se ha mostrado ineficaz e ineficiente, siendo un lujo totalmente prescindible para la cohesión y estructuración de todas las Comunidades o Países que por ahora conforman el Estado.
Según una encuesta reciente cerca de 6.000.000 de personas han participado de una u otra forma en la movilización desde el 15M. Si en unas elecciones se explicita este compromiso social en torno a un programa de medidas ampliamente consensuado, viable y operativo, sólo nos queda, a través de ese VOTO, refrendarlas y legitimarlas. Esas son las demandas que plantean muchos ciudadanosn con su voto.
El día después, con la evidencia de lo que queremos y cuántos somos formalmente, legítimamente, habrá que plantearse la ruta a seguir.
¡Estamos creando una alternativa, no caigamos en los mismos errores!.
A este respecto, algunas matizaciones para fortalecer el diálogo y las estrategias de esta movilización.
Un "partido asambleario" es una contradicción. La estructura de un partido es piramidal, jerárquica y estable. Lo asambleario es horizontal, igualitario y provisional. No se quiera contentar a todos con artimañas, porque lo que se consigue es no contentar a nadie, y desunir, lo que quieren los poderes fácticos.
Los manuales de organización política de la "izquierda fantasmática" establecían la necesidad previa de una "vanguardia del proletariado", que se organiza en torno a un partido minoritario con objeto de conquistar el poder con el apoyo de las masas populares. Ambos motivos están muy lejos HOY de satisfacer una movilización mayoritariamente plural en lo político, que no quiere reproducir el funcionamiento de estructuras políticas orgánicas y jerárquicas al uso que se han demostrado obsoletas.
Lo que sí necesita esta movilización es "legitimarse" formalmente. Estar participando en la transformación de esta "democracia" de pacotilla sin ser parte formal y orgánica de ella. No sólo en las plazas, pueblos o calles, también en las urnas.
A estos efectos hay que utilizar los resortes legales que tenemos al alcance. Si bien fue inviable el referéndum propuesto por parte de la movilización para septiembre, por cuestiones fundamentalmente técnicas, no debería desaprovecharse la oportunidad de celebrarlo en las urnas, con todas las garantías que la "legalidad" ofrece, en las próximas elecciones generales.
Hay que presentarse a las elecciones con un programa político, en el que aparezcan las medidas que se han ido discutiendo y consensuando durante estos 3 meses. Esas medidas deberían estar contempladas en la papeleta que se introduzca en la urna. Ese será el compromiso y las exigencias que apoyan conscientemente todos los que voten con ella.
Sería un voto Nulo, que matemáticamente no favorece a ningún otro partido. Pero sería un Voto que cuenta, que se contabiliza, en el que consta un programa concreto de medidas y con un apoyo amplísimo si se hacen bien las cosas y se huye de los liderazgos, los personalismos y los protagonismos.
Lo que nos une son las medidas que hay que tomar para cambiar profundamente las reglas de esta "Democracia". Eso es lo importante, los motivos. Lo demás, por ahora, sobra.
Si alguien pudiera criticar que con esta estrategia se hurtan votos a partidos minoritarios, que puedan asumir en sus respectivos programas electorales parte las demandas de cambio planteadas, cabe la posibilidad de circunscribirla exclusivamente a las elecciones al Senado, cámara que no goza de demasiadas simpatías y que se ha mostrado ineficaz e ineficiente, siendo un lujo totalmente prescindible para la cohesión y estructuración de todas las Comunidades o Países que por ahora conforman el Estado.
Según una encuesta reciente cerca de 6.000.000 de personas han participado de una u otra forma en la movilización desde el 15M. Si en unas elecciones se explicita este compromiso social en torno a un programa de medidas ampliamente consensuado, viable y operativo, sólo nos queda, a través de ese VOTO, refrendarlas y legitimarlas. Esas son las demandas que plantean muchos ciudadanosn con su voto.
El día después, con la evidencia de lo que queremos y cuántos somos formalmente, legítimamente, habrá que plantearse la ruta a seguir.
¡Estamos creando una alternativa, no caigamos en los mismos errores!.
2 comentarios:
Vale!
Me parece una muy buena propuesta, tanto para medir la fuerza del movimiento como para acallar las voces de quienes dicen que él no propone nada. Creo que debería llegarles a las mesas de convergencia.
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