Acerca de ...
El clima de la
incertidumbre -miedo ambiente-. El círculo del precio en detrimento
del valor.
La
indiferencia es amoral, pero esa es precisamente la moral del
nihilismo. La indiferencia estética no es comparable a una
desvinculación ética, pero la estética ha suplantado a la ética
en casi todos los ordenes. La incertidumbre nutre a las sociedades de
riesgo, es una contingencia imponderable, útil, que genera
importantes beneficios a medio plazo que ya se están recogiendo.
En
la actualidad, a pesar de haber dominado importantes fuerzas de la
naturaleza, la incertidumbre personalizada se transfiere sobre lo
colectivo en lo que metafóricamente podríamos determinar como
“miedo ambiental”. Este miedo no se origina por unas condiciones
físicas intrínsecas al medio en el que se reproduce, sino que se desprende como una bruma que flota
e impregna cada habitat y a todo su contenido, como el aroma de un
ecosistema que se genera por la circulación infatigable de la especie que lo habita.
Esa circulación no es otra que aquella de los indeterminados intercambios
en los que la incertidumbre se nutre de la especulación. Así es
como cada objeto que participa en este círculo gana valor de cambio
en la medida en que pierde su valor de uso. Los objetos, las cosas,
pasan a ser mercancías en si mismas, sin función, sin otra
finalidad que la de ganar apreciación en ese intercambio continuo,
fluido.
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