Consideraciones humanas sobre cuestiones inútiles, innecesarias e imperfectas de la profesión atea. Compartir lo efímero, testimoniar lo disoluto, aullar ante el silencio. Aulla! Aulla!

11/29/2012

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El clima de la incertidumbre -miedo ambiente-. El círculo del precio en detrimento del valor.

La indiferencia es amoral, pero esa es precisamente la moral del nihilismo. La indiferencia estética no es comparable a una desvinculación ética, pero la estética ha suplantado a la ética en casi todos los ordenes. La incertidumbre nutre a las sociedades de riesgo, es una contingencia imponderable, útil, que genera importantes beneficios a medio plazo que ya se están recogiendo.

En la actualidad, a pesar de haber dominado importantes fuerzas de la naturaleza, la incertidumbre personalizada se transfiere sobre lo colectivo en lo que metafóricamente podríamos determinar como “miedo ambiental”. Este miedo no se origina por unas condiciones físicas intrínsecas al medio en el que se reproduce, sino que se desprende como una bruma que flota e impregna cada habitat y a todo su contenido, como el aroma de un ecosistema que se genera por la circulación infatigable de la especie que lo habita.

Esa circulación no es otra que aquella de los indeterminados intercambios en los que la incertidumbre se nutre de la especulación. Así es como cada objeto que participa en este círculo gana valor de cambio en la medida en que pierde su valor de uso. Los objetos, las cosas, pasan a ser mercancías en si mismas, sin función, sin otra finalidad que la de ganar apreciación en ese intercambio continuo, fluido.

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