Acerca de ...
La
globalización como contexto para el desorden. La devaluación del
lugar físico frente al espacio virtual. La emergente jerarquía de
lo nómada frente a lo sedentario.
La
perfección esférica, en la que los procesos se sustancian,
determina que estos se organicen o se impongan bajo el imponderable
de que quien los promueva no se ubique en ninguno lugar determinado.
Es como la deslocalización del capital en su trasvase del mundo
físico al virtual, en donde la mercancía es únicamente el dinero
en su proceso de traslación.
Así es como en gran medida la especialización tecnológica cobra sentido a
través de su aplicabilidad en la llamada “ingeniería financiera”, por la que lo físico y
material se devaluá o se deprecia en la medida en que lo inmaterial
se aprecia o revaloriza. Es la espiritualidad que anunciaran los
profetas para la era de Acuario, muy distinta de la imaginada por el
fideismo secular en su previsión de un apoteosis irrealizable del logos
ilustrado.
En
este contexto, cobran sentido los nomadismos a través de los
fenómenos migratorios protagonizados por seres que
por necesidad huyen del hambre y la precariedad absoluta, de la
esclavitud sin amo. Por el contrario, se despojan de él aquellos otros que provienen de la
dilapidación del excedente, como el turismo, que traslada su mercancía hacia una irrealidad del absurdo compartida.
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