LA CORRUPTOCRACIA ESPAÑOLA
A
la vista de lo que acontece, los partidos políticos en España no se
mueven por corrientes ideológicas internas a las que se asocian
personas. Si las ideologías dejaron incluso de ser un reclamo
electoral de cara a buscar adhesiones en la sociedad, ¿cómo lo van
a ser de cara a buscar afinidades en el propio partido?. Los partidos
funcionan con estructuras mafiosas en el marco de clanes o familias,
conservando los modos autoritarios del franquismo pero disfrazados de
jubilosa “democracia interna”, que no es más que un mecanismo,
una liturgia, para ejercer el control por el aparato que ostente el
poder sobre la organización en cada momento.
Los
ejemplos son claros, en la derecha se cobijan en una caverna donde
compiten familias por linaje con determinados personajes advenedizos
que buscan resuello echando mano de discursos que invocan a instintos
básicos sobre determinados colectivos como las víctimas del
terrorismo o apoyos menesterosos de instituciones como La Iglesia.
Los Ministros de Justicia y de Educación son un claro ejemplo del
político advenedizo que busca disponer de legiones y de influencia
no sólo para mantener sus respectivas carteras sino para consolidar
posicionarse y promocionar en el aparato de dirección. En la
izquierda ocurre otro tanto de lo mismo, las purgas en las
agrupaciones provinciales para asegurar la elección del candidato
propuesto por la dirección, la traición como metodología de poder,
como la protagonizada por el Presidente de Andalucía, Griñán,
puesto por el aparato de Manuel Chaves cuando decidió emigrar hacia
Madrid y que, tras el descalabro electoral de Zapatero, se postuló
en los medios de intoxicación de la opinión pública alineado con
la aspirante Chacón frente al oficialismo de Rubalcaba, para luego,
entre bambalinas, pactar con él para hacerle Secretario General del
partido y conseguir a cambio la presidencia del mismo, echando de ese
cargo a su mentor Chaves de ese puesto. Todo un alarde del mejor
estilo trapero, que ahora tiene continuidad con su anunciada renuncia
a candidato para las próximas elecciones de Andalucía, en fondo y
forma, para cumplir con esa tradición sucesoria de los partidos
políticos en España que tanto tiene de democrática como la propia
sucesión monárquica.
No
hay en ninguno de los partidos corrientes liberales o conservadoras,
centristas o izquierdistas en base a modelos de entender qué puede
ser lo mejor para la sociedad, ni siquiera lo mejor para el propio
partido. Las diferencias son de otra índole: sectarias, de clanes,
de familias, etc.
Todo
ello lo corroboran además sus aparatos y métodos de financiación,
que hoy van saliendo a la luz, y que todos vamos conociendo
pormenorizadamente, propios de una mafia sin escrúpulos que se
enriquece a consta de los contribuyentes.
Por
eso no son creíbles todas estas maniobras que se orquestan para
continuar con esta farsa. Este sistema colapsa por la codicia de sus
propios gestores. Qué más da para qué Griñán anuncie que se
retira si ello forma parte de la vendetta interna del propio partido
socialista que agoniza entre la corrupción y la gerontocracia que se
niega a salir del escenario. Con qué cara se van a presentar y
quines del Partido Popular en las próximas elecciones cuando
Bárcenas o sus leguleyos comiencen a esparcir las pruebas de la
trama de la financiación y los sobresueldos entre casi toda su
cúpula. ¿Va a ser capaz la justicia de encausar a las
organizaciones políticas que han ejercido modos fraudulentos de
financiación?. ¿Va a poder encausar la justicia a tanto aforado
político incurso en concesiones fraudulentas a Empresas y Entidades
Sociales de casi todos los parlamentos autonómicos?. ¿Se va a
encausar a empresarios que han participado del engaño generalizado,
la estafa, la maquinación para alterar el precio de las cosas?.
¿Resistirá la corona la asfixia por inmersión entre tanta
hez?.
Deberíamos
ser objetivos y llamar a las cosas por su nombre. Aquí se ha
impuesto un modelo político diferente: la
Corruptocracia; que es la verdadera seña de identidad de la
marca España, que nadie lo dude.
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