Consideraciones humanas sobre cuestiones inútiles, innecesarias e imperfectas de la profesión atea. Compartir lo efímero, testimoniar lo disoluto, aullar ante el silencio. Aulla! Aulla!

6/28/2013

LA CORRUPTOCRACIA ESPAÑOLA


A la vista de lo que acontece, los partidos políticos en España no se mueven por corrientes ideológicas internas a las que se asocian personas. Si las ideologías dejaron incluso de ser un reclamo electoral de cara a buscar adhesiones en la sociedad, ¿cómo lo van a ser de cara a buscar afinidades en el propio partido?. Los partidos funcionan con estructuras mafiosas en el marco de clanes o familias, conservando los modos autoritarios del franquismo pero disfrazados de jubilosa “democracia interna”, que no es más que un mecanismo, una liturgia, para ejercer el control por el aparato que ostente el poder sobre la organización en cada momento.

 Los ejemplos son claros, en la derecha se cobijan en una caverna donde compiten familias por linaje con determinados personajes advenedizos que buscan resuello echando mano de discursos que invocan a instintos básicos sobre determinados colectivos como las víctimas del terrorismo o apoyos menesterosos de instituciones como La Iglesia. Los Ministros de Justicia y de Educación son un claro ejemplo del político advenedizo que busca disponer de legiones y de influencia no sólo para mantener sus respectivas carteras sino para consolidar posicionarse y promocionar en el aparato de dirección. En la izquierda ocurre otro tanto de lo mismo, las purgas en las agrupaciones provinciales para asegurar la elección del candidato propuesto por la dirección, la traición como metodología de poder, como la protagonizada por el Presidente de Andalucía, Griñán, puesto por el aparato de Manuel Chaves cuando decidió emigrar hacia Madrid y que, tras el descalabro electoral de Zapatero, se postuló en los medios de intoxicación de la opinión pública alineado con la aspirante Chacón frente al oficialismo de Rubalcaba, para luego, entre bambalinas, pactar con él para hacerle Secretario General del partido y conseguir a cambio la presidencia del mismo, echando de ese cargo a su mentor Chaves de ese puesto. Todo un alarde del mejor estilo trapero, que ahora tiene continuidad con su anunciada renuncia a candidato para las próximas elecciones de Andalucía, en fondo y forma, para cumplir con esa tradición sucesoria de los partidos políticos en España que tanto tiene de democrática como la propia sucesión monárquica.

 No hay en ninguno de los partidos corrientes liberales o conservadoras, centristas o izquierdistas en base a modelos de entender qué puede ser lo mejor para la sociedad, ni siquiera lo mejor para el propio partido. Las diferencias son de otra índole: sectarias, de clanes, de familias, etc.

 Todo ello lo corroboran además sus aparatos y métodos de financiación, que hoy van saliendo a la luz, y que todos vamos conociendo pormenorizadamente, propios de una mafia sin escrúpulos que se enriquece a consta de los contribuyentes.

 Por eso no son creíbles todas estas maniobras que se orquestan para continuar con esta farsa. Este sistema colapsa por la codicia de sus propios gestores. Qué más da para qué Griñán anuncie que se retira si ello forma parte de la vendetta interna del propio partido socialista que agoniza entre la corrupción y la gerontocracia que se niega a salir del escenario. Con qué cara se van a presentar y quines del Partido Popular en las próximas elecciones cuando Bárcenas o sus leguleyos comiencen a esparcir las pruebas de la trama de la financiación y los sobresueldos entre casi toda su cúpula. ¿Va a ser capaz la justicia de encausar a las organizaciones políticas que han ejercido modos fraudulentos de financiación?. ¿Va a poder encausar la justicia a tanto aforado político incurso en concesiones fraudulentas a Empresas y Entidades Sociales de casi todos los parlamentos autonómicos?. ¿Se va a encausar a empresarios que han participado del engaño generalizado, la estafa, la maquinación para alterar el precio de las cosas?. ¿Resistirá la corona la asfixia por inmersión entre tanta hez?. 

 Deberíamos ser objetivos y llamar a las cosas por su nombre. Aquí se ha impuesto un modelo político diferente: la Corruptocracia; que es la verdadera seña de identidad de la marca España, que nadie lo dude.

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